Open Banking

Open Banking: impulso a la innovación

edan operar de manera fácil y segura, y así poder acceder a alternativas de inversión superiores.

La tecnología como medio de inclusión financiera está habilitando un mundo de aplicaciones y servicios innovadores adaptados a los datos financieros de los usuarios. Esto mejora las condiciones actuales para que todas las personas puedan operar de manera fácil y segura, y así poder acceder a alternativas de inversión superiores.

Recientemente Robinhood, la compañía pionera en la adopción de las operaciones de comisión cero,  salió a oferta pública (IPO). En su visión todos deberían tener acceso a los mercados financieros, por lo que buscan hacer que la inversión sea amigable, accesible y comprensible tanto para los recién llegados como para los expertos.

En este sentido, el Open Banking tiene el potencial de transformar el modelo bancario al permitir el acceso a la data de los clientes, facilitar el intercambio y portabilidad de la información y promover el surgimiento de nuevos proveedores de servicios financieros y de pagos. Asimismo, las APIs pueden ser definidas de manera que faciliten la interoperabilidad segura entre los distintos agentes en el mercado. 

En Latinoamérica prevaleció el enfoque pro-innovación hacia la regulación financiera en los últimos años. Sin embargo, este avance no ha sido consistente en todos los países de la región. Se requiere un marco regulatorio específico que establezca como mínimo el alcance, el plazo de adecuación e implementación de una norma.

Empoderamiento del cliente final

En la región, los países más avanzados en el Open Banking son Brasil y México, que ya cuentan con normativa y se encuentran en las primeras etapas de implementación, les siguen Colombia y Chile. Otros como Argentina y Perú aún carecen de regulaciones y siguen analizando los pasos dados por otros países.

En 2018, México emitió su Ley Fintech que contempla la monetización de los modelos de intercambio de datos, a diferencia de otros países. Y para junio de 2020 se estableció que todas las instituciones financieras y empresas de tecnología financiera tendrían que compartir sus datos a través de APIs estandarizadas de manera obligatoria. Este marco legal también otorgó a las fintech una mayor certeza regulatoria en torno al crowdfunding, los medios de pago y las criptomonedas.

Interoperabilidad

La tecnología como medio de inclusión financiera y la colaboración de quienes regulan acompañando en un marco de seguridad jurídica favorece el desarrollo de todos los que componen el ecosistema no solo a quienes generan nuevas tecnologías, sino a los usuarios dueños de esos datos por detrás. Al integrar diferentes aplicaciones, por un lado los usuarios pueden obtener una visión holística de sus datos, y por otro se crea interoperabilidad entre sistemas complementarios, tanto antiguos como nuevos.

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